El sacramento del bautizo es un acto de gran importancia de la fe cristiana, pues representa la incorporación del niño a la comunidad de la Iglesia. Que el rito esté acompañado de música escogida con esmero para la ocasión hace que toda la experiencia sea más sentida y memorable. Como dijo el papa San Pío X: “La música contribuye a aumentar el decoro y esplendor de las solemnidades religiosas”.
El evento abre un abanico de posibilidades nuevas de repertorio musical. Como ejemplo, y respetando siempre la liturgia, se pueden interpretar obras que hagan evocación a la infancia o a la pureza del agua.
En Deleitia aconsejamos incluir música al principio de la misa para enmarcar y hacer más solemne el comienzo del acto religioso.
Igualmente solemos interpretar un canto de júbilo a continuación de la liturgia de la palabra.
La bendición del agua, las renuncias y profesión de fe, el bautismo propiamente dicho, la unción con el Santo Crisma y la entrega de cirio son todas ellas partes fundamentales del acto bautismal y cuyo significado se transmite de manera más profunda si son acompañadas de música ambiental. Al finalizar el rito también se puede interpretar una obra musical destacada.
Los momentos posteriores a la bendición final son idóneos para la amenización a través de obras musicales de carácter marcadamente alegre.