La primera comunión supone la participación por primera vez del sacramento de la Eucaristía, y a través de la confirmación llega la integración plena como miembros de la comunidad cristiana. Son eventos de notable relieve religioso, tanto personal como familiar y eclesial. En ambos casos es preciso cuidar con extraordinario esmero el marco litúrgico del acontecimiento para que éste tenga su máxima significación. Por ello se impone una meticulosa preparación de todos los elementos de la celebración. Acompañar el momento con música en directo permite que todo el rito sea más ceremonioso y que los niños o adolescentes realicen el acto de fe con mayor serenidad. El compositor Robert Schumann dijo: “La música es el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá”.

Teniendo en cuenta que son numerosas las secciones donde se puede programar música, tanto en las ceremonias de primeras comuniones como en las de confirmaciones, podemos destacar el gran atractivo que supone el que la entrada al templo que efectúan los niños y jóvenes esté apoyada musicalmente para así enmarcar y hacer más solemne el comienzo del acto religioso.

A continuación de la liturgia de la palabra se puede interpretar un canto de júbilo que haga evocación a los textos leídos. Los ritos de renovación de las promesas bautismales y los de la imposición de las manos y unción con el Santo Crisma pueden estar acompañados de música ambiental. Ofertorio, Santo, Rito de la Paz, Comunión y Salida son otras partes de la misa donde obras cantadas o instrumentales tienen cabida.